El poderoso abono que mantiene los insectos a raya y se hace con pocos ingredientes

Si buscas una forma natural, económica y eficaz de proteger tus plantas, este abono casero te puede cambiar la jugada.
¿Su ingrediente estrella? la cáscara de cebolla. Sí, ese residuo que solemos desechar tras cocinar puede transformarse en un potente aliado para nutrir tu jardín y, al mismo tiempo, mantener a los insectos alejados.
Descubre cómo aprovechar sus beneficios y preparar este abono insecticida en casa.
¿Por qué la cáscara de cebolla es buena para las plantas?
Las cáscaras de cebolla están repletas de compuestos como azufre, potasio, calcio y antioxidantes, que fortalecen el sistema inmune de las plantas y estimulan su crecimiento.
Además, liberan sustancias que alteran el entorno del sustrato, haciendo que sea menos atractivo para plagas como pulgones, trips y ácaros.
Esta cáscara, aunque parezca simple, tiene propiedades repelentes que la hacen ideal para proteger cultivos sin necesidad de químicos agresivos.
Cómo preparar el abono insecticida con cáscara de cebolla
Hacerlo en casa es fácil. Solo necesitas:
- Las cáscaras de tres cebollas
- 1 litro de agua
- Un recipiente con tapa
Instrucciones:
- Coloca las cáscaras en el recipiente con el agua.
- Deja reposar por 24 a 48 horas a temperatura ambiente.
- Cuela el líquido y úsalo como riego directo o en atomizador para aplicar sobre las hojas.
Este abono líquido se puede usar cada 7 a 10 días. Además de nutrir, actúa como repelente suave pero constante.
Otras formas de usar la cáscara de cebolla en el jardín
Además de su uso como abono líquido, puedes triturar las cáscaras secas y mezclarlas con la tierra como un compost de refuerzo. También puedes dejar cáscaras en la base de las plantas más vulnerables para que funcionen como barrera aromática.
La clave está en no desperdiciar un recurso tan valioso. Lo que antes iba a la basura, hoy puede ser un escudo natural contra insectos y un fertilizante completo.
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