Cómo llegar y qué hacer en Real de Catorce: un pueblo mágico con historia minera y mística

Real de Catorce, ubicado en el altiplano potosino, es uno de los pueblos mágicos más fascinantes de México.
Famoso por su pasado minero, su atmósfera mística y sus paisajes semidesérticos, se ha convertido en un destino obligado para quienes buscan historia, cultura y naturaleza en un solo lugar.
Este rincón de San Luis Potosí no solo sorprende por sus construcciones coloniales, sino también por la energía espiritual que atrae tanto a turistas como a visitantes en busca de experiencias únicas.
¿Cómo llegar a Real de Catorce?
Para llegar a Real de Catorce, lo primero es viajar a Matehuala, una ciudad bien conectada por carretera con Monterrey, San Luis Potosí capital y la Ciudad de México.
Desde ahí, el acceso al pueblo mágico se realiza a través de la carretera estatal 62 hasta llegar al famoso Túnel de Ogarrio, una obra de 2.3 kilómetros que es la puerta de entrada al lugar.
Quienes viajan en autobús pueden tomar corridas hacia Matehuala y, posteriormente, un transporte local hacia Real de Catorce. También es posible contratar recorridos en vehículos 4x4 conocidos como willys, muy populares entre los visitantes.
¿Qué hacer en este pueblo mágico de San Luis Potosí?
Real de Catorce ofrece un sinfín de actividades:
- Recorrer sus calles empedradas y visitar la Plaza Hidalgo, el corazón del pueblo.
- Conocer la Parroquia de la Purísima Concepción, famosa por albergar la imagen de San Francisco de Asís, patrono del pueblo y motivo de una de las peregrinaciones más grandes de México en octubre.
- Explorar las antiguas minas y haciendas que recuerdan el auge minero de los siglos XVIII y XIX.
- Disfrutar de un paseo a caballo por el desierto de Wirikuta, lugar sagrado para el pueblo wixárika, reconocido por su riqueza natural y espiritual.
- Visitar el Museo Parroquial, donde se conserva parte de la historia minera y cultural de la región.
¿Por qué es un destino con encanto místico y cultural?
Además de su herencia colonial y minera, Real de Catorce se distingue por su conexión espiritual.
El desierto de Wirikuta es considerado un santuario sagrado por los wixárikas (huicholes), quienes cada año realizan peregrinaciones para recolectar el peyote, planta de gran importancia ceremonial.
Este misticismo, sumado al aire nostálgico de sus calles y al paisaje montañoso que lo rodea, convierte a Real de Catorce en un destino que combina turismo cultural, religioso y de aventura, siendo perfecto para viajeros que buscan experiencias profundas y memorables.
Te puede interesar....
