El Bernabéu vibra al ritmo de Metallica: el nuevo ritual del Real Madrid
El nuevo Santiago Bernabéu sigue demostrando que es mucho más que un estadio: es una experiencia sensorial. Si su videomarcador 360 ya había revolucionado la manera de vivir un partido, ahora el coloso blanco ha sumado un elemento más a su espectáculo.
Desde el Clásico contra el Barcelona, el estadio vibra con una nueva presentación de luces, sonido y energía, y frente al Valencia, el público fue testigo del estreno de un nuevo himno: “Enter Sandman”, de Metallica.
El ritual se ha convertido en un fenómeno. Los focos bajaron y la música comenzó mientras los miles de espectadores coreaban el nombre de los jugadores al son de la mítica canción de Metallica. Un instante que unió a la afición, creando una atmósfera tan eléctrica como inolvidable.
¿Por qué “Enter Sandman” fue la elegida?
La elección no es casual. El tema tiene una conexión directa con la intensidad, la potencia y la energía que caracterizan al Real Madrid.
Además, Xabi Alonso, símbolo de la elegancia y fuerza del club, es conocido por su gusto por el rock clásico, y en especial por ese toque “rock and roll” que tanto le gusta ver reflejado en el juego del equipo. La canción no solo se escucha: se siente.
¿De dónde viene la tradición de esta canción?
Enter Sandman es mucho más que un himno para los Hokies, el equipo universitario de fútbol americano de Virginia Tech. Desde el año 2000, suena antes de cada partido en el Lane Stadium, donde los 65.000 aficionados saltan al unísono al compás de Metallica.
Lo curioso es que el ritual nació por accidente: Una noche fría del 1 de diciembre de 2001, un miembro de la banda de Virginia Tech empezó a saltar para entrar en calor, otros se unieron y el resto del público asistente al estadio lo repitió. Desde entonces, se convirtió en una tradición legendaria.
¿Se convertirá en una tradición madridista?
Todo apunta a que sí. El Bernabéu ha adoptado “Enter Sandman” con fuerza, transformando el anuncio del once inicial en un momento épico. Las luces, los gritos y la emoción colectiva generan una atmósfera única que combina la pasión del futbol con la energía del rock.
Con este nuevo ritual, el Real Madrid no solo rinde homenaje a la historia del deporte, sino que da un paso más hacia el espectáculo total. En el templo blanco, el futbol ya no solo se juega: se vive, se canta y se sacude al ritmo de Metallica.
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