¿Quién es Adrián “Maravilla” Martínez? El goleador de Racing que estuvo en prisión por error
En un fútbol repleto de historias de superación, pocas suenan tan crudas y poderosas como la de Adrián “Maravilla” Martínez, el delantero de Racing Club que hoy hace vibrar el Cilindro de Avellaneda… pero que hace apenas unos años, estaba tras las rejas.
Su camino hacia el profesionalismo no solo estuvo lleno de obstáculos, sino que comenzó en el peor escenario posible: una cárcel.
¿Por qué estuvo preso Adrián Martínez?
En 2015, Adrián fue detenido por un presunto intento de homicidio en Paraguay. El problema: era inocente. El futbolista fue arrestado por error, confundido con su hermano en un caso de justicia mal ejecutada.
Pasó varios meses en prisión hasta que se comprobó su inocencia y fue liberado. Lejos de hundirse, “Maravilla” decidió tomar ese capítulo oscuro como punto de partida.
Su historia se viralizó porque no solo salió limpio, sino fortalecido. Usó el encierro como motivación y, al salir, comenzó a ganarse la vida vendiendo helados; pero el fútbol le tenía reservado un lugar.
¿Cómo pasó de vender helados a romper redes en Argentina?
Adrián jugó en clubes modestos como Club Independiente Campo Grande y Capiatá en Paraguay, hasta que su olfato goleador lo catapultó a Sol de América y luego a Libertad.
Su talento llamó la atención de River Plate de Paraguay y más tarde llegó a Argentina, donde vistió la camiseta de Instituto de Córdoba, y luego pasó por Vélez y el fútbol brasileño.
Su estilo aguerrido, su potencia y su instinto de gol lo convirtieron en un delantero temido.
Hoy, en Racing, es una de las armas letales de Gustavo Costas. Cada gol suyo es un recordatorio de lo que puede lograr alguien que se niega a rendirse.
¿Por qué se ha ganado el corazón del hincha académico?
Más allá de los goles, Adrián se ha ganado a la hinchada de Racing por su entrega, su humildad y su historia de vida.
Es el típico jugador que no da una pelota por perdida, que lucha cada balón como si fuera el último, como quien ya perdió demasiado y no está dispuesto a perder más.
Martínez representa ese fútbol que emociona más allá del resultado. Es símbolo de lucha, redención y resiliencia. Un auténtico “Maravilla” que hoy brilla en Avellaneda… tras haber salido del infierno.
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