Pilotos de F1 se enfrentan en épico partido antes del GP de Mónaco
Como si fuera parte del protocolo real, el Gran Premio de Mónaco no arranca sin una tradición que ya se ha vuelto infaltable: el partido de fútbol entre pilotos de Fórmula 1, jugado en el icónico estadio Louis II.
Este año no fue la excepción y varios nombres destacados del paddock se calzaron los botines para disputar un encuentro lleno de risas, talento, y una que otra jugada seria.
Pero aunque se pide mesura para evitar lesiones que comprometan su presencia en el circuito, todos saben que cuando se trata de fútbol, hasta los pilotos más prudentes sacan el espíritu competitivo a relucir.
¿Quiénes fueron las figuras del partido?
Entre los más activos estuvieron Carlos Sainz, quien lució la camiseta número 55, y Pierre Gasly, con la 10, replicando los números de sus monoplazas. Ambos demostraron que su talento va más allá de las pistas y dejaron buenas sensaciones con el balón.
También participaron jóvenes promesas como Isack Hadjar y Oliver Bearman, mientras que el monegasco Charles Leclerc estuvo presente, aunque no jugó. Él dio el puntapié inicial junto a Alberto de Mónaco y Mika Häkkinen, antes de irse a las gradas a firmar autógrafos y alentar a sus compañeros.
¿Cómo terminó el partido?
El duelo terminó 6-4 a favor del equipo rival, que dominó buena parte del encuentro e incluso llegó a estar 5-1 arriba. Aun así, el resultado fue anecdótico: lo importante era la causa.
La transmisión televisiva mostró un ambiente relajado pero competitivo, ideal para encender motores antes del fin de semana más glamoroso de la F1.
Además, la recaudación del partido fue destinada a dos causas benéficas: la ONG creada por Philippe Bianchi, padre del fallecido piloto Jules Bianchi, y la fundación Be Safe Monaco, liderada por Camille Gottlieb, hija de la princesa Estefanía, enfocada en prevenir la conducción bajo efectos del alcohol.
¿Por qué este partido es más que una simple tradición?
Más allá del espectáculo y la camaradería, este evento simboliza una pausa humana dentro del mundo de la alta competencia. Ver a los pilotos fuera de sus monoplazas, conectando con los fanáticos y apoyando causas sociales, resalta el otro lado del deporte: el que emociona más allá de la velocidad.
Sin duda, el partido benéfico en Mónaco ya no es solo una curiosidad previa al GP, sino un momento esperado por fans y corredores, donde la solidaridad y el show van de la mano.
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