El mejor abono para tus cultivos que puedes crear gracias a este invento mexicano
En la búsqueda de soluciones sostenibles para mejorar la agricultura, un grupo de estudiantes mexicanos ha desarrollado un biofertilizante natural y altamente efectivo a base de estiércol de cabra.
Este invento, impulsado por jóvenes del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Michoacán (CECyTEM), no sólo aprovecha residuos orgánicos, sino que también mejora la calidad del suelo y estimula el crecimiento saludable de las plantas.
A continuación, te contamos cómo funciona este fertilizante, por qué es tan eficiente y cómo puedes replicar algo similar en casa para tus cultivos.
¿Qué contiene este biofertilizante y cómo se obtiene?
El biofertilizante fue creado a partir del aprovechamiento del estiércol de cabra, rico en nitrógeno, fósforo, potasio y microorganismos benéficos para el suelo. A diferencia de los fertilizantes químicos, este producto es completamente natural y no genera residuos tóxicos ni afecta la microbiota del suelo.
Los estudiantes del CECyTEM combinaron el estiércol con agua y otros elementos orgánicos para someterlos a un proceso de fermentación, obteniendo así un concentrado líquido que puede ser aplicado directamente al sustrato o diluido para riego foliar.
¿Qué beneficios tiene este abono para tus cultivos?
Este fertilizante aporta múltiples beneficios:
- Mejora la estructura del suelo, haciéndolo más poroso y permitiendo una mejor retención de agua.
- Aumenta la actividad microbiológica, lo que fortalece las raíces y mejora la absorción de nutrientes.
- Favorece el desarrollo de cultivos saludables, con mayor resistencia a plagas y enfermedades.
Además, su bajo costo lo convierte en una alternativa ideal para agricultores y aficionados a la jardinería que buscan opciones económicas y ecológicas.
¿Cómo puedes crear tu propio fertilizante casero similar?
Si bien no todos tenemos acceso directo a estiércol de cabra, puedes adaptar esta técnica con otros residuos orgánicos, como:
- Estiércol de gallina, conejo o vaca (bien compostado).
- Restos vegetales triturados.
- Agua sin cloro.
- Melaza o piloncillo (para alimentar los microorganismos).
Mezcla los ingredientes en un recipiente con tapa, deja fermentar entre 15 y 21 días en un lugar cálido, removiendo cada 3 días. Después, cuela y diluye antes de aplicar en tus cultivos.
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