
México, el 'ya merito' en Juegos Olímpicos y los "malditos" cuartos lugares

Para mala fortuna de nuestro país, los cuartos lugares, y quedar fuera de las medallas, es una constante en la justa de verano
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José Luis Mercado
julio 30, 2024, 01:14
En París 2024, la frustración, tanto para los atletas como para los aficionados mexicanos, ha quedado de manifiesto en los clavados, en donde la dupla de Randal Willars y Kevin Berlín, en los sincronizados desde los 10 metros, quedaron fuera del pódium por apenas 3.48 unidades, dejando a México en el cuarto sitio. Lamentablemente, esta tónica no es nueva y ya raya en una maldición.
En toda la historia de la participación de México en los Juegos Olímpicos, la delegación tricolor ha quedado, ya sumando los clavados del pasado lunes 29 de julio, en 31 cuartos lugares, es decir, 31 ocasiones en las que se pudo haber colgado preseas a la nación y que el actual número de 74 medallas olímpicas, sea completamente diferente.
Para no ir tan lejos, los últimos “ya merito” de las delegaciones mexicanas, se pueden representar en las dos más recientes ediciones de los Juegos Olímpicos: Tokio 2020 y Río 2016.
En los Juegos desarrollados en Brasil, fueron cinco los cuartos lugares:
- Paola Espinosa en clavados en plataforma de 10 metros
- Bredni Roque en halterofilia categoría de hasta 69 kilogramos
- Alejandra Valencia en tiro con arco
- Alejandra Zavala en pistola de aire femenil 10 metros
- Diego Del Real en lanzamiento de martillo
En Tokio 2020, la cifra fue mayor con ocho:
- Selección mexicana de Rugby
- Alexa Moreno en gimnasia, en salto de caballo
- Jorge Orozco en tiro deportivo
- Yahel Castillo y Juan Celaya en clavados sincronizados en trampolín de 3 metros
- José Balleza y Kevin Berlín en clavados sincronizados en plataforma de 10 metros
- Dolores Hernández y Carolina Mendoza en clavados sincronizados en trampolín de 3 metros
- Gabriela Agundez en clavados en plataforma de 10 metros
La realidad es que el resultado no es malo; un cuarto lugar en Juegos Olímpicos es muy bien reconocido, pero también es cierto que la decepción crece al saberse tan cerca de los metales.

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