Esto valen los boletos para la lucha libre del CMLL en la Arena México
La Arena México es el punto de reunión por excelencia para los amantes de la lucha libre. Cada viernes, domingo y martes, la Catedral se llena de aplausos y abucheos que convierten cualquier función en una fiesta.
Y si estás pensando en asistir, aquí te contamos lo que necesitas saber sobre los boletos: precios, puntos de venta y por qué vale la pena pagar una entrada para vivir la experiencia.
¿Los precios en qué rango se manejan?
El costo de los boletos depende totalmente de qué tan cerca quieras estar de la acción. Las zonas más cercanas al ring, pueden costar entre $400 y $600 pesos, donde prácticamente ves cada detalle y cada golpe de los gladiadores.
Un poco más atrás, los precios rondan entre $250 y $350 pesos, ideal si quieres buena vista sin gastar tanto. En la parte media se encuentran los asientos de Balcón y Gradas Intermedias, que van desde $150 a $200 pesos.
Finalmente, en las Gradas Generales, el costo baja hasta $100 pesos, siendo la opción más popular para quienes buscan vivir el ambiente completo a menor precio.
¿Cómo y dónde comprar boletos?
Existen dos formas de conseguir entradas:
- Ticketmaster, que te da la comodidad de comprarlos en línea desde casa, aunque con cargos adicionales.
- Taquillas de la Arena México, ubicadas en la Colonia Doctores, donde puedes adquirirlos sin comisión extra.
Las taquillas suelen abrir desde la mañana el mismo día del evento, por lo que también es opción para quienes deciden de último momento. Eso sí, en funciones especiales como aniversarios o torneos importantes, lo mejor es comprar con anticipación, ya que los boletos suelen volar.
¿Una experiencia que no te puedes perder?
Pagar un boleto para la Arena México es entrar a un ambiente único que mezcla tradición, deporte y espectáculo. Desde los vendedores de máscaras en la entrada, hasta las porras en con cada lucha, el ambiente es parte esencial.
Además, pocas veces se vive un público tan entregado como el de la lucha libre: niños, adultos, familias completas y turistas que llegan de todas partes del mundo para conocer la Catedral. Ya sea en primera fila o en la última grada, la emoción es la misma.
