Manchester City arranca con el pie derecho en el Mundial de Clubes
Aunque el marcador 2-0 puede parecer cómodo, lo cierto es que muchos esperaban una auténtica exhibición del Manchester City frente al Wydad Casablanca.
¿Por qué no vimos una goleada más contundente del Manchester City?
El inicio del encuentro en el Lincoln Financial Field fue prometedor: apenas al minuto 2, Phil Foden aprovechó un rechace tras una serie de pases rápidos y anotó el primer tanto. Sin embargo, el equipo marroquí se plantó con firmeza y evitó que el City desplegara su habitual vendaval ofensivo.
Wydad incluso tuvo oportunidades claras para empatar, incluyendo un mano a mano polémico que levantó sospechas de penal, pero que el árbitro dejó seguir. La falta de contundencia por parte del equipo inglés dejó la sensación de que Guardiola decidió no arriesgar demasiado en este primer duelo.
¿Qué significan estos cambios para el futuro del City?
El duelo también sirvió como vitrina para los nuevos ajustes en el plantel de Pep Guardiola. Con un equipo en plena reestructuración, el técnico español optó por una mezcla de titulares y jugadores jóvenes.
La anotación de Doku al minuto 42 fue una joya: apareció sin marca tras un tiro de esquina y definió con una patada al estilo karateka que puso el 2-0 definitivo. Sin embargo, a pesar del talento en la cancha, el ritmo decayó, y City pareció conformarse con el resultado.
En la segunda mitad, dio entrada a Rodri —quien vuelve tras lesión—, Haaland, Gundogan y otros talentos, pensando más en dar minutos que en asegurar una goleada.
¿Puede el City volver a dominar Europa con este nivel?
A pesar del triunfo, queda la duda sobre si este nuevo Manchester City tiene lo necesario para volver a reinar en Premier League y Champions. Las transiciones, la falta de intensidad en la segunda parte y la expulsión de Rico Lewis al minuto 89 dejan señales de alerta para Guardiola.
El técnico deberá ajustar sus piezas si quiere que este City no solo avance en el Mundial de Clubes, sino que también recupere su hegemonía en Europa. Por ahora, el trabajo va bien encaminado, pero las pruebas más duras están por venir.
