El jugador "tuerto" que desafía las reglas del Mundial de Clubes
Nacido en Batiebly-Douibly, Costa de Marfil, en 2002, Georgi Minoungou es hoy una de las figuras emergentes del Seattle Sounders de la MLS.
¿Quién es Georgi Minoungou, el “tuerto” que juega al más alto nivel?
Su historia no es la típica de una joven promesa africana. En 2023, durante una pretemporada en España, una infección ocular lo dejó ciego de un ojo.
El diagnóstico fue un golpe demoledor justo cuando estaba en búsqueda de un contrato profesional. Pero lejos de rendirse, Minoungou se sometió a cirugía y regresó con más fuerza que nunca.
En 2024 firmó contrato hasta 2028 con los Sounders y, desde entonces, ha disputado 35 partidos en los que ha sumado un gol y cinco asistencias.
Su visión limitada no ha frenado su crecimiento. “Tengo un ojo, pero puedo hacerlo mejor que quienes tienen dos”, afirma con una mentalidad que refleja el espíritu de lucha que lo define.
¿Cómo superó su discapacidad para brillar en el fútbol profesional?
Lejos de ver su ceguera parcial como una debilidad, Minoungou la convirtió en motivación. “No me afecta en absoluto”, asegura.
Su estilo de juego, enfocado en el regate, la explosividad y el desborde, ha sido aplaudido por su técnico Brian Schmetzer y por compañeros como Cristian Roldán, quien lo describe como “un jugador con arrogancia futbolística que nos da algo que nos faltaba”.
Formado futbolísticamente en África, Minoungou reconoce que su llegada a Estados Unidos fue un choque. “No sabía nada de táctica, solo quería regatear y marcar”. Pero su adaptación ha sido meteórica, aprendiendo de sus errores y evolucionando hasta convertirse en una pieza clave.
¿Será una amenaza real para el Atlético en el Mundial de Clubes?
Pese a su juventud y su historia poco común, Minoungou podría representar un verdadero dolor de cabeza para su próximo rival el Atlético de Madrid. En un torneo como el Mundial de Clubes, donde las sorpresas son constantes, el “93” de Seattle Sounders podría ser el protagonista inesperado.
El Atlético se enfrenta a un jugador que, aunque “tuerto”, tiene la visión de un guerrero. Y en el fútbol, muchas veces, eso es lo que realmente marca la diferencia.
