Efraín Juárez no ha logrado cambiarle la cara a Pumas

La etapa de Efraín Juárez al frente de los Pumas todavía no logra transmitir la solidez y el carácter que la afición esperaba.
La reciente eliminación en la Leagues Cup 2025, tras caer 3-1 ante el Inter Miami de Lionel Messi, dejó en evidencia que el equipo sigue atrapado entre la intención de jugar bien y la falta de contundencia en los momentos clave.
El duelo contra los de Florida fue una prueba de fuego para los universitarios. El planteamiento inicial intentó neutralizar a un Inter Miami que venía motivado por sus figuras, pero los errores defensivos y la falta de reacción en los momentos de presión terminaron por condenar a los auriazules.
¿Un balance agridulce en la Leagues Cup?
Aunque el final no fue el esperado, Pumas logró, en términos numéricos, una participación más decorosa que la de otros clubes históricos de la Liga MX.
Con 5 puntos, producto de un empate 1-1 ante Orlando City, una victoria 3-2 frente al Atlanta United y la derrota ante Inter Miami, los universitarios demostraron que podían competir.
Sin embargo, la irregularidad volvió a pasar factura, un problema que ha acompañado al equipo desde torneos anteriores.
Tuvo la oportunidad de ser el único de los 4 equipos que denominan ‘grandes’ en la Liga MX, pero de nueva cuenta la dejó por la borda. A pesar de que el duelo lo arrancó ganando ante Miami pero su defensiva no estuvo a la altura para mantener el resultado.
¿Difícil regreso inmediato a la realidad de la Liga MX?
El calendario no da espacio para lamentos. El equipo ya está de vuelta en la Ciudad de México y el siguiente reto será mayúsculo, visitar el sábado 16 de agosto al actual campeón del futbol mexicano, Toluca.
Ese encuentro podría marcar un antes y un después en la confianza del plantel, así como en la percepción sobre el trabajo de Juárez. Un triunfo en el Nemesio Diez sería un mensaje poderoso; una derrota podría aumentar la presión sobre el entrenador y la directiva.
¿El gran desafío de Efraín Juárez?
Efraín Juárez asumió el banquillo auriazul con la promesa de imprimir intensidad, orden y una identidad clara, pero hasta ahora el equipo se ha movido entre altibajos.
La afición universitaria, reconocida por su exigencia y su pasión, quiere resultados inmediatos, sobre todo después de varios encuentros donde las ilusiones se desvanecen temprano.
El técnico no solo lidia con la presión de la grada, sino también con la necesidad de consolidar un once titular que no dependa exclusivamente de individualidades.
En los próximos partidos, más allá de los puntos, Juárez necesita mostrar que el proyecto tiene rumbo y que la confianza depositada en él por la directiva fue la correcta. De lo contrario, el ruido externo podría convertirse en un problema interno que ponga en riesgo la estabilidad del vestidor.
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