Adriano y su desgarradora carta: 'Soy el mayor desperdicio del fútbol"

Rio de Janeiro, Brasil.- Adriano Leite Ribeiro, conocido en el mundo del fútbol como "El Emperador", ha vuelto a ser noticia, pero no por sus hazañas en el campo de juego. En una carta sincera publicada en The Players’ Tribune, el exdelantero brasileño hizo una serie de impactantes confesiones sobre su vida personal, sus adicciones y su relación con las favelas de Brasil. En un texto que ha conmovido al mundo del deporte, Adriano se declara a sí mismo como "el mayor desperdicio del fútbol", y relata con crudeza cómo el fallecimiento de su padre y la presión mediática le empujaron a una crisis personal que lo llevó a alejarse de los reflectores.
Desde el inicio de su carta, Adriano reconoce que fue una gran promesa que nunca llegó a cumplir las altas expectativas. "¿Sabes lo que se siente al ser una promesa? Lo sé. Incluso una promesa incumplida. El mayor desperdicio del fútbol: yo. Me gusta esa palabra, desperdicio. No solo por cómo suena, sino porque estoy obsesionado con desperdiciar mi vida", confesó el delantero brasileño, abriendo una ventana a la autocompasión y el dolor que ha cargado durante años. "Estoy bien así, en un desperdicio frenético. Disfruto de este estigma".
El alcoholismo y la pérdida de su padre
Aunque Adriano aclaró que no tiene problemas con las drogas o el crimen, confesó su dependencia al alcohol, una adicción que se acentuó después de la trágica muerte de su padre en 2004. "No me drogo, como intentan demostrar. No estoy metido en el crimen", escribió. "Bebo porque no es fácil ser una promesa que sigue en deuda. Y a mi edad, la cosa empeora". Para Adriano, la pérdida de su padre fue un punto de quiebre, algo que lo llevó a buscar refugio en el alcohol y en su comunidad de origen. "La muerte de mi padre cambió mi vida para siempre. Hasta el día de hoy, es un problema que todavía no he podido resolver".
La paz que solo encuentra en la favela
Para Adriano, la fama y el éxito en Europa nunca lograron darle la paz que encuentra en las calles de Vila Cruzeiro, su favela natal en Río de Janeiro. "Lo único que busco en Vila Cruzeiro es paz", explicó. En uno de los pasajes más emotivos de su carta, cuenta cómo al regresar a su comunidad encuentra una libertad que en Italia nunca pudo experimentar. "Cuando estoy aquí, nadie de afuera sabe lo que estoy haciendo. Esa era su problema. No entendían por qué iba a la favela. No era por la bebida, ni por las mujeres, mucho menos por las drogas. Fue por la libertad. Fue porque quería paz. Quería vivir. Quería ser humano de nuevo".
"Mi primer contacto con el alcohol"
Adriano también recordó el momento en que, siendo un niño, probó el alcohol por primera vez. Su padre reaccionó con una firmeza que jamás olvidaría. "Tomé un vaso de plástico y lo llené de cerveza. Aquella espuma amarga y fina que bajaba por mi garganta por primera vez tenía un sabor especial. (...) Mi padre… Mierda. Cuando me vio con el vaso en la mano, cruzó el campo a paso apresurado de quien no puede permitirse perder el autobús. 'Para ahí mismo', gritó", recordó Adriano. Años después, el alcohol se convertiría en un refugio para el exdelantero, quien admite que ha pasado muchas noches "llorando y bebiendo en soledad".
Un adiós en paz: su último partido
Adriano jugará un partido de despedida en diciembre, vistiendo las camisetas de Flamengo e Inter de Milán, los dos clubes donde fue más feliz. Sin embargo, en su carta, El Emperador deja claro que su verdadero hogar siempre estará en Vila Cruzeiro, donde puede caminar descalzo y sin camisa, recordando sus orígenes. "Aquí soy verdaderamente respetado. Aquí está mi historia. Aquí aprendí lo que es la comunidad. Vila Cruzeiro no es el mejor lugar del mundo. Vila Cruzeiro es mi lugar", concluyó.
