¿La popó de tu perro sirve como abono? La verdad que muchos ignoran

Aunque pueda parecer lógico pensar que cualquier desecho orgánico, como las heces de perro, puede servir como abono, la realidad es más compleja.
¿Es la popó de perro un fertilizante útil para tus plantas?
A diferencia del estiércol de vaca, caballo o gallina, que se usa desde hace siglos para enriquecer la tierra, la popó de perro no es recomendable como fertilizante directo para plantas, jardines o huertos.
Esto se debe a que los perros son carnívoros u omnívoros, por lo que sus desechos contienen bacterias, parásitos y microorganismos que pueden ser perjudiciales para las personas y para el suelo.
Entre ellos se encuentran E. coli, salmonella y huevos de lombrices intestinales, que pueden permanecer activos por mucho tiempo en la tierra.
Los riesgos de usar heces caninas como abono
El principal problema de usar popó de perro como fertilizante sin tratar es la contaminación biológica.
Estas heces no sólo pueden afectar la calidad del suelo, sino también contaminar cultivos y poner en riesgo la salud humana, especialmente si se usan en plantas comestibles como verduras o frutas.
Además, su alto contenido en nitrógeno y su acidez pueden dañar las raíces y alterar el equilibrio del pH en la tierra. En lugar de nutrir las plantas, podría provocar marchitez, hojas quemadas o incluso la muerte de algunas especies sensibles.
Tirar las heces al jardín pensando que se descompondrán naturalmente es un error frecuente que puede atraer plagas, generar malos olores y afectar el ecosistema del lugar.
¿Hay alguna forma segura de reutilizarla?
Sí, pero requiere un proceso específico de compostaje caliente que alcance temperaturas suficientemente altas para eliminar bacterias y parásitos.
Este método, sin embargo, no es apto para principiantes ni para compostaje doméstico convencional, ya que debe controlarse cuidadosamente para garantizar su inocuidad.
Algunos expertos recomiendan crear una compostera exclusiva para desechos de perro, sin mezclarlos con restos de comida o residuos de cocina. Incluso así, el compost resultante debe usarse únicamente para plantas ornamentales, nunca en alimentos.
Aunque parezca orgánico, no todo lo natural es seguro. Lo mejor es recoger la popó de tu perro y desecharla adecuadamente. Así cuidas tu salud, la de tus plantas y la del medio ambiente.
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