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Keylor Navas vive el síndrome Memo Ochoa con Pumas en Liga MX

Keylor Navas y Memo Ochoa, dos cracks de la portería que se han visto goleados.
Por:Christian Moya

Keylor Navas llegó a Pumas con el cartel de una figura internacional, un portero de talla mundial que en teoría venía a darle seguridad al arco universitario.

Sin embargo, con el paso de las jornadas se ha encontrado con una realidad incómoda, no importa cuántas atajadas firme, si la defensa no responde, los goles llegan igual. Una situación que recuerda mucho a lo que en México se conoce como el “síndrome Memo Ochoa”.

¿Qué es el “síndrome Ochoa”?

El término hace referencia a la paradoja que vivió Guillermo Ochoa en distintos momentos de su carrera: ser un portero capaz de brillar con actuaciones memorables, pero sin un respaldo defensivo sólido que lo acompañara.

La consecuencia es clara, a pesar de sus reflejos y liderazgo, terminaba recibiendo goleadas que poco tenían que ver con su nivel individual.

Hoy, Ochoa vuelve a enfrentar algo similar en su nuevo equipo de Chipre, donde en apenas dos partidos ya recibió siete goles. Lo mismo le pasó con la Selección Mexicana en diferentes etapas y ahora es un espejo en el que Navas comienza a reflejarse con los Pumas.

¿Dura realidad de Navas con Pumas?

En el último mes, los números hablan por sí solos. Pumas fue goleado 4-1 por América en el Clásico Capitalino durante la jornada 11, antes de eso cayó 3-1 frente a Juárez, y en la fecha 9 apenas rescató un empate a dos goles con Tigres.

Navas ha respondido con atajadas de calidad, pero el equipo ha mostrado debilidades defensivas que lo han dejado constantemente expuesto.

Para la afición universitaria, ver a un portero de la experiencia de Keylor sufrir este tipo de resultados genera frustración, sobre todo porque se esperaba que su llegada marcara un cambio inmediato en el arco.

¿Casos similares: Ochoa y Navas?

Lo que atraviesa Navas no es un caso aislado. Guillermo Ochoa lo vivió durante años, donde acumuló partidos con decenas de atajadas, pero terminó con marcadores abultados en contra.

En Chipre, su realidad no ha cambiado mucho, pues en apenas dos jornadas ya recibió siete tantos con su nuevo club.

Incluso con Costa Rica, Navas ha experimentado algo parecido en las recientes eliminatorias mundialistas. A pesar de su jerarquía, su selección ha mostrado fragilidad atrás, y los goles en contra han sido una constante.

En todos estos escenarios la historia es la misma: grandes porteros que, sin un equipo equilibrado detrás, terminan siendo víctimas de un fenómeno que hoy muchos llamarían “el síndrome Memo Ochoa”.

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